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domingo, 29 de mayo de 2011



"Moka y los molinos del tiempo" -técnica mixta sobre tela-
"La máquina de hacer estrellas" -tinta china sobre papel-

viernes, 27 de mayo de 2011





"DReaM BaLLooN"


Noche de viernes melancólico y frío. Una brisa de pétalos duerme en mis párpados húmedos.


Busco y no encuentro. No hay encuentros.


Silencio de estrellas inunda el todo y más allá...


Sueños.


Sueños azules, rosados y plateados nadan en mi ser solo.


La paz llega con esa sonrisa que no está. Recuerdos de noches juntos, soñándolo juntos, esperando el amanecer juntos.


Y ya no estás, mi esperar ya no es. Ya no estás, te llevaste tu fulgor amarillo león. Me quedan los sueños. Nuevos sueños por vivir, lejos del nosotros.


Silencio de estrellas inunda el todo y más allá...

jueves, 19 de mayo de 2011



Continuación del relato "Tierra de exilio" de Andrés Rivera.

"Tierra de exilio", Andrés Rivera, Alfaguara, Buenos Aires, 2000.


"_¿Me da algo?

El hombre de setenta años mira a los chicos -cuatro o cinco o seis- que se agolpan frente a la casa, que tiritan en la tarde de invierno, y que levantan sus pequeñas caras oscuras y frágiles hacia él, el hombre de setenta años, silencioso y en calma, por primera vez en calma en no sabe cuánto tiempo. Y los chicos, cuyas carnes magras, y cuyos huesos tiritan bajo los pulóveres mugrientos, miran, inmóviles y silenciosos, al hombre de setenta años, después de que uno de ellos murmuró, como avergonzado, me da algo, esperan que el hombre de setenta años vele la luz helada de sus ojos y sea por un largo, largo instante, generoso."

El hombre de setenta años vuelve a mirar a los chicos -cuatro o cinco o seis- que esperan una respuesta con los ojos y algo con las manos extendidas, manos sucias, frías, tristes. Él saca su mano derecha del tibio bolsillo, la abre muy lentamente, le duelen los dedos y mira los callos que delatan el paso del tiempo; su piel está seca y duele. Por primera vez en mucho tiempo su mano derecha tiembla- La mano derecha tiembla.

Como un resplandor vuelve a ese momento que se ha repetido en su mente una y otra vez. No hay calma. No hay tiempo. Ahora está en ese momento.

El hombre de setenta años en este instante eterno no tiene setenta años. Su mano no tiembla. su mano sostiene firmemente un arma y apunta y dispara. Hace frío y él se escucha respirar agitado, respiración de toro antes de la embestida. Escucha el cuerpo caer al fango; allí queda,

en un charco de sangre oscura que crece mientras él gira. Ya no es ella, es sólo un cuerpo en el fango. La sangre ilumina como un flash esa tarde en blanco y negro, como un flash rojo furioso. Es una tarde de venganza. Hay dolor, hay llanto, hay gritos que se ahogan. Hay recuerdos del amor pasado, el amor traicionero y sin ley. La mano ya no está firme, tiemble y la pistola cae, allí ...cerca del cuerpo, cerca de la sangre, en el fango. Todo está nublado en su mente, no hay pesar ni calma. Hace frío, lágrimas recorren sus mejillas de hielo. El mundo es ese momento, ese lugar, esa mujer que ya no es ella, es sólo un cuerpo en el fango. Se va, con un andar lento y culposo, un andar de no ir a ninguna parte, un andar sin respiración ni tiempo. Y el tiempo se detuvoentre sollozos y nubes en los ojos, los ojos fueronvelados por una luz helada como sus mejillas y ya no volvieron a ver.

Ahora el hombre vuelve a tener setenta años.

Los chicos lo observan como si no estuviera allí, lo ven con los ojos llenos de hambre, frío, calma. El más pequeño de ellos levanta su mano y le toca el pantalón, quizá con el contacto pueda despertarlo del letargo, quizá puedan ayudar a este hombre solo, viejo, cansado de vivir, de corazón duro e impenetrable. El hombre de setenta años mira al nene a los ojos. Ha caído su velo y puede mirar a los ojos otra vez, siente qeu respira, siente que está vivo, siente que siente. Extiende su brazo y le da la mano, su mano derecha.

Hay tiempo otra vez. La mano derecha no tiembla y fiorme sostiene la manita,le pide que se levante. Todos los ojos miran la mueca que es su sonrisa.

-¿Me da algo?- murmura uno de los chicos.

-Vení chiquito- dice él, escuchando su voz como si fuese la de un desconocido, su voz ausente y sin pasión.

Abre la puerta de entrada, atraviesa el umbral con el nene, gira y llama a los otros que esperan lo inesperado. Ya no hay frío, ni hambre, ni soledad. El hombre de setenta años es por un largo, largo instante, generoso.

Ha caído la luz helada que velaba sus ojos. Y los desangelados, los desposeídos, los solos están juntos durante un largo, largo instante.

Ha vuelto la calma.

miércoles, 18 de mayo de 2011

"La búsqueda"
-tinta Rötring sobre papel-



María Gabriela


Señorita Corazón de las mil noches.

Hada tenue de perfil gacela.

Permanece tu dulce perfume de estrellas.

Niña eterna animé rosada

de mirar sesgado

montada en plataformas retro.

Un susurro de tus ancestros me regalaste.


Princesa mapuche, recuerdo tu halo fucsia.

Chica poderosa del Sur, de Montecarlo a la Patagonia.

Tu guitarra cósmica

una estela

en re crepuscular

ha dejado.


De Moka para Chipi Chipi

♥te extrañamos♥

martes, 17 de mayo de 2011



"Hay que saber que no existe país sobre el planeta donde el amor no

haya convertido a los amantes en

poetas"


Paul Verlaine






"Estrella al futuro" tinta china sobre papel...


Somos tan impulsivos...


Somos tan impulsivos.

Pero al correr del tiempo

detened los impulsos

frente a lo que perdura.


Todo lo que es de prisa

ya habrá pasado;

tan sólo lo durable

puede iniciarnos.


¡No os arriesguéis, muchachos,

tras la premura,

ni tras el vuelo!


Todo está en calma; sombras

y claridades,

la flor y el libro.


Rainer María Rilke


(de "Las Rosas y otros poemas")

domingo, 15 de mayo de 2011

A mi abuela María



Yo recuerdo la infancia en los campos dorados
como mares tibios de avena y trigo.

Acaso viajé a esas tierras ancestrales.
Desembarqué en la lejanía de los pétalos de rosa que duermen en mis libros.
Fui y nadé en mis sueños de coral y olor a fresa.

Creadora de frases que permanecen en mis venas a pesar de los tiempos.
Inventora de mundos de fantasías del pasado.


viví en las alturas observándolo todo
soñé con la libertad
fui a tu lado como lo esperabas.

Y supe que estás aquí más allá de todos.
Recuerdo la infancia en los campos dorados
como mares tibios de avena y trigo.

También te tuve en mis manos como una pequeña ave.


Algún día pensé ser tu guía.
Tuve tu alma como mía.
Hice de tus recuerdos, mis recuerdos
y aprendí que tu presencia no es ausencia.
Un día simplemente olí tus pétalos de rosa y te volvía sentir en mis manos.
A veces como un destello te encontré en una foto
y acaso sea sólo un instante en el universo.



(Ejercicio literario sobre versos con pie dado)


"La nave de los sueños" -óleo pastel sobre papel
Sos el paisaje más soñado y compartiste las más sólidas

tristezas y estuviste cada vez que te he llamado.

Vamos despacio, para encontrarnos, el tiempo es

arena en mis manos...